Como
ya os conté, mis Queridos Padres llegaron el día 22 para pasar unos días con
nosotros. Y doy fe que les ha cundido la visita. Hemos visitado (casi) todos
los lugares más conocidos y emblemáticos de Montreal y también hemos hecho una
escapada de 4 días a Toronto y Niágara. Así que, lectores, haceos una taza de
café o de té y preparaos a leer las aventuras de una familia de catalano-albaceteños-tomelloseros
en Canadá. (Nota: para ver mejor las imágenes, clicad sobre ellas)
El
sábado 25, aprovechando que los cuatro estábamos disponibles, organizamos una
ruta en plan gastronómico. Primero fuimos a desayunar a Fous Desserts (como
hacemos mi Sr. Marido y yo todos los sábados): un café americano calentito y
unos ricos productos caseros de bollería y listos para afrontar el día con
energía.
La siguiente parada fue el Marché Jean Talon, un mercado tradicional, abierto, con mucho encanto por el que pasearse tranquilamente y comprar productos frescos a muy buen precio directamente de los productores, tomar algo por los puestos de comida que hay o simplemente curiosear.
La
visita fue de lo más interesante. Encontramos una tiendecita de aceites de
oliva y especias en la que había, sorprendentemente, muchos tipos de aceites
españoles (la "Marca España" no abunda por aquí, precisamente). Mi
Querida Madre descubrió una montaña de latas grandes de aceites de Córdoba
cogidas con cadenas finas. Al preguntarles a las chicas de la tienda, nos
contaron que sufren muchos robos de los aceites buenos y que no tuvieron más
remedio que sujetar las latas con cadenas ¡para que la gente no se las llevara!
Seguimos
paseando y resultó que el mercado era mucho más grande de lo que yo pensaba.
Hasta el punto que una zona muy grande estaba dedicada sólo a la venta de
flores, árboles y plantas de verduras para sembrar. Si te metías un poco por
los puestos, parecía que no había ciudad y que mágicamente te habías trasladado
al País de las Maravillas de las Flores.
Más
adelante, regresamos al paraíso de las verduras: pimientos, patatas, lechugas,
frutas del bosque, calabacines, berenjenas... ¡de todos los tipos, tamaños y
colores! Encontramos un puesto de patatas enorme con un montón de variedades de
patatas. ¡No sabíamos que en el mundo hubiera tantos tipos de patatas
diferentes! Muchos puestos de frutas la tenían cortada para que los paseantes
la pudiéramos degustar, dejando un aroma estupendo y convirtiendo el paseo en
una experiencia muy agradable para todos los sentidos. Luego, mi Querido Padre
se puso a hablar con un comerciante de espárragos y resultó que el señor era de
Águilas (Murcia) y que llevaba ya muchos años viviendo en Montréal. Fue muy “Españoles por el Mundo”.
A
esas alturas eran ya casi las 2 de la tarde y ya empezaba a haber bastante
hambre. Decidimos que era el momento de ir a probar el plato típico de Québec:
la poutine, un plato a base de patatas fritas, salsa de carne (o gravy) y queso poco curado, generalmente
cheddar, por encima. Claro que admite otras muchas versiones o adiciones de
otros ingredientes. En Montréal hay dos sitios muy famosos para degustar la
poutine: Montréal Poutine (en Old Montréal) y La Banquise (en Plateau).
Nosotros nos decidimos por La Banquise porque ofrece una gran variedad de poutines
con ingredientes variados y porque nos pillaba cerca. Y si debe de ser famoso,
si, porque a pesar que eran las 2 y media de la tarde, ¡menuda cola que había
para comer allí! Y eso que, por desgracia, nos hizo mal día y estuvo todo el
rato lloviendo. Luego mereció la pena la espera, aunque he de confesaros que
el plato no es lo más gourmet del mundo, pero mi Querido Padre y yo, que somos
muy de la cerveza, aprovechamos para pedir cerveza negra québecois St Ambroise para regar
la poutine.
Más
tarde, y debido a las inclemencias del tiempo, decidimos irnos a tomarnos un té
a casa y descansar un poco, porque el domingo 26 fue el Día de los Museos en
Montréal y ¡lo aprovechamos a tope!
Ha llegado la primaver al cafeenmontreal!!! Se nos ha puesto el blog de cielo azul y despejado!!!! Que bonito!
ResponderEliminarLo que mas me gusta es lo del aceite encadenado!
Un besaco!Mari
Si que ha dado de si el viaje, si. Incluida la excursión a Toronto donde pudimos subir al pincho la Feria de Toronto y desde allí........(se me saltan las lágrimas...) al fin pude ver........TORONTONTERO. Emocionante el viaje en coche a Toronto, emocionante el conducir a 100 klm/hr máxima velocidad permitida por las "autopistacas grandismas del tó" y encima escuchando Country.. Y luego Niágara (Solo faltaba Marilyn Monroe). Un amigo mio de Albacete que es un Aberroncho total me dijo cuando vió la foto que le pase por guachá de la catarata..."eso es una acequia y no la que va por las huertas... muchaacho". Aún estoy disfrutando del viaje, y aún disfrutaré más con lo que vayas poniendo..
ResponderEliminar¡Mari! De algo tenían que servir tantas fotos panorámicas que hice desde el Parc Mont-Royal.
ResponderEliminarKalvin (XD me parto): ¡no cuentes el final de la película! Que todo eso es mi material para los próximos posts.
¡Sigue escribiéndonos Sharitah! ¡da gusto leerte!
ResponderEliminar¡Feliz verano!
Mr. Partridge 4.0
Espero que pa'cuando vaya yo a visitaros, me llevéis a comer algo que no lleve queso poco curado por encima...bueno, ni muy curado tampoco :)
ResponderEliminarDesde luego, para ser un plato típico no parece algo muy elaborado, del tipo cocido madrileño o paella valenciana. Se asemeja más a las cenas rápidas de, huevos rotos con patatas y jamón, que les hago yo a mis niños cuando voy sin tiempo...o sea, casi siempre.
Esto del blog es un invento, así TE SE nota más cerca, Shara.
Besotes.
Málvaro.