Queridos lectores, me llena
de orgullo y satisfacción informaros de que, desde el pasado sábado, POR FIN
TENEMOS CONEXIÓN A INTERNET EN CASA. Para celebrarlo, hoy os escribo desde mi
propia casa, tomándome un café en La Taza de la Felicidad, la
estrella de las tazas en esta casa.
Después de esta explosión de
felicidad, voy a contaros mi nueva actividad desde el lunes 1 de abril: me he
apuntado a clases de francés. ¿Por qué? Pues bien, porque en Québec la lengua
oficial es el francés. Como ya os conté en un post anterior,
aunque todo el mundo vive en francés, si les hablas en inglés todos cambian a
ese idioma amablemente. Pero al fin y al cabo, no saber francés cierra muchas
puertas en el ámbito laboral y dificulta la vida diaria, ya que en algunas
tiendas y locales públicos la información sólo está en francés.
Como no teníamos referencia
de ninguna escuela de idiomas, mi Sr. Marido preguntó en su trabajo y todos
dijeron lo mismo: directos a un YMCA. Probablemente a todos os suene por la canción de los Village People, esa que se baila haciendo las letras con los
brazos.
Los centros YMCA se crearon hace 160 años como ONG para ayudar a gente necesitada y a las comunidades. En la actualidad, hay muchos distribuidos por todo el mundo y cada centro intenta adaptar sus programas al lugar en que se encuentra y a sus necesidades específicas. En España no son muy conocidos y hay pocos, pero en Norteamérica han crecido mucho y ofrecen otros servicios de pago como clases de idiomas, gimnasios y guarderías para todo el mundo, como parte de sus programas para mejorar la comunidad y también, creo, como forma de auto-financiarse.
En Montreal, hay varios
centros grandes repartidos por la ciudad. Todos tienen instalaciones deportivas
grandes y bien equipadas y programas varios de ayuda. Pero además, en el YMCA
del centro, tienen una escuela de idiomas donde ofrecen, además de inglés y
francés, otros idiomas como español, japonés, mandarín, árabe o portugués. En
el caso de que quieras venir desde otros países a estudiar francés o inglés,
también ofrecen alojamiento en familias o en residencia.
Se puede acceder a
cualquiera de sus cursos cuando quieras. El único requisito es que te tienen
que hacer una prueba de nivel. Si, hasta a los nivel cero patatero como yo les hacen
prueba de nivel, y eso que le dije al recepcionista que era una “totally
beginner” (totalmente principiante). Hice la prueba escrita, obviamente lo poco
que escribí me lo inventé y
luego, en la corrección, yo veía el boli rojo tachar, tachar y tachar mis
respuestas inventadas. Era de esperar. Y en la última parte de la prueba, me
dice el profesor “Te voy a hacer algunas preguntas que tienes que contestar con
frases completas”. Y yo, claro, le conteste “No se moleste usted, no soy capaz
de hacer ninguna frase completa de ningún tipo”. Así que me mandaron al nivel
1, el de “totally beginners” (esto también era de esperar).
Yo he elegido un curso
semi-intensivo, que consiste en 3 horas por la mañana, de gramática y
conversación. También hay cursos intensivos (mañana y tarde), específicos
(negocios, cultura québecois, conversación...)
y también los hay de los de dos horas dos veces por semana. Una de las ventajas
de mi curso es que te regalan un mes de acceso al gimnasio, así que al salir de
clase aprovecho para hacer “bailes latinos” o “cardio-kickboxing” o cualquier
cosa divertida que hagan.
Lo cierto es que, después de
un par de meses de papeleos, elegir y montar muebles y cuidar de mi casa y de
mi Sr. Marido es genial hacer algo tan estimulante como aprender un nuevo
idioma y mover un poco el cuerpo al acabar.
¿Cómo has dicho? ¿Qué tu nivel era cero Zapatero? XD
ResponderEliminar[music on]: Güaaaaay em si ei... [music off] :-)
Mr. Partridge 4.0