Este pasado 30 de septiembre cumplí 30 años. Aunque normalmente soy de esas
personas que celebra sus cumpleaños muy discretamente, lo de cumplir 30 sonaba
a palabras mayores. Conforme pasaba el verano, empecé a hacer planes con mi Sr.
Marido para hacernos una escapada a Ottawa y celebrarlo a lo grande los dos.
Sin embargo, pensé que también me habría gustado echarme unas cañas con amigos
o un día campestre con mi familia entera. He de confesaros que me puse un
poquito triste pensando que sería un cumple sólo parejil. Pero… ¡qué lejos de
la verdad! Aunque uno esté lejos, aunque uno SE SIENTA lejos, hay mucha gente
que piensa en ti y que no puedan estar físicamente contigo no significa que no
ESTÉN contigo. Se ha convertido en el mejor cumpleaños de mi historia.
Gracias a todos los que el día de mi cumple o los posteriores me mandasteis
un wassap, me llamasteis por teléfono o escribisteis un post en FB.
Gracias mi hermana M que me mandó un mail precioso recordándome muchos
momentos que hemos vivido juntas. Hasta las peleas de pequeñas
suenan ahora divertidas y entrañables. J
Gracias a todos los que me habéis escrito CARTAS. Se me saltaban las
lagrimitas cuando al abrir el buzón veía 3 o 4 cartas juntas de gente muy
querida para mí. Mi cartero seguro que alucinaba, venga a traer cartas desde
España a mi buzón. He recopilado la friolera de 28, llenas de cariño, recuerdos
y donde me contáis como estáis. Entre ellas hay una felicitación de mi yaya con
flores dibujadas en los márgenes, otra de una perrita chiquitilla, saltarina y monísima y
cartas con fotos que ya están con imanes en mi nevera.
Gracias a mis Queridos Padres porque, sin saberlo yo y compinchados con mi
Sr. Marido, vinieron OTRA VEZ y POR SORPRESA con mi Suegra (doble sorpresa, mi
Sr. Marido no lo sabía) a pasar con nosotros una semana. Estoy segura que
nuestras caras debieron dignas de foto para la posteridad. Se vinieron con un
Kit Paellero en la maleta y hubo fiesta con vino español, paella y tarta de
chocolate. ¡Hat-trick! (Atención al cojín de punto de cruz de La Comunidad del Anillo. ¡Es genial!)
Y gracias a mi Sr. Marido porque pasamos 3 días maravillosos en Ottawa,
vimos un montón de museos y lugares, nos lo pasamos bomba y, como siempre, me
hizo un regalo con el que acertó completamente. Además, el día de mi cumple nos
echamos una de nuestras ya tradicionales partidas conjuntas al Lego Señor de
los Anillos.